El clarinete actual es el resultado de la evolución de un antiguo instrumento francés llamado Chalumeau.
Según la clasificación de instrumentos de Hornbostel y Sachs, es un aerófono de lengüeta simple. Pertenece a la familia de viento madera junto con la flauta, el oboe, el corno inglés, el fagot o el saxofón.
Las maderas más utilizadas en la fabricación de los clarinetes son el ébano, la ebonita y el granadillo.
Son maderas de gran dureza y que ofrecen una increíble calidad acústica.
Las fibras sintéticas y los plásticos ABS han llegado al mundo de la música para quedarse.
Clarinetes de estudio o para amateurs ya se fabrican en estos materiales.
Carecen de la calidad sonora de los de madera, pero a su favor está el precio, que puede llegar a ser hasta 10 veces más bajo que un clarinete de ebonita o granadillo.
Se han popularizado de forma considerable porque, gracias a los materiales sintéticos, su precio es mucho más asequible.
Para conseguir sonido en el instrumento el músico o clarinetista debe soplar por la embocadura y hacer vibrar la caña de madera (lengüeta simple) que va sujeta a la boquilla.
La vibración se transmite al cuerpo del instrumento y se transforma en sonido.
Las diferentes notas del clarinete se ejecutan cambiando la posición de los dedos en un complejo sistema de llaves y agujeros.
Este sistema no es único, hay dos variantes que se utilizan según el país o la obra a interpretar.
El sistema Öehler es popular en Alemania y Austria, por eso se conoce también como sistema de llaves alemán.
El sistema Boehm es el más extendido y generalizado. Es un sistema de llaves enfocado al virtuosismo del intérprete.
Hoy en día, el clarinete ocupa un espacio privilegiado en la orquesta.
Es un instrumento musical de gran riqueza cromática, agilidad de ejecución y posee un timbre sonoro que lo hace idóneo como instrumento solista.
Tabla de contenidos
Tipos de clarinetes
Es una de las familias instrumentales más completas.
Numerosos integrantes de diferentes afinaciones, tamaños y formas han integrado el gran conjunto de los clarinetes.
La evolución del instrumento y las mejoras técnicas a lo largo del tiempo llevaron al desuso y al olvido a muchos de estos ejemplares por no reunir unas características adecuadas para la interpretación.
Pero la familia sigue siendo grande, estos son los tipos de clarinetes más comunes.
Requinto o sopranino
Es el más pequeño de la familia.
El objetivo de su tamaño es conseguir un sonido agudo.
Debido a su tamaño, la ejecución es compleja porque las llaves están muy juntas, dejando poco espacio para los dedos.
El requinto más habitual es el afinado en mi bemol.
Clarinete alto
El alto tiene campana y tudel metálico que le da un cierto aire al saxofón.
La afinación más común es en mi bemol.
El registro de este instrumento musical es amplio pero no es excepcional.
Es decir, otros instrumentos como el clarinete bajo o el saxo alto pueden sustituir la melodía del alto con un sonido muy similar.
Clarinete bajo
Es del mismo formato que el alto, con campana y tudel metálicos.
Amplio registro que lo hace idóneo para muchos estilos musicales diferentes, destacando en el jazz.
Solo es superado en registro por el clarinete soprano.
La afinación más común es en si bemol.
Clarinete soprano
Es el protagonista ineludible de la familia.
El soprano es un instrumento versátil, con amplio registro y un sonido redondo y delicado a la vez.
Idóneo para muchos estilos musicales.
Bandas de música, agrupaciones folklóricas, Jazz y Big Band, Orquestas Clásicas, etc., cuentan con clarinetes entre sus instrumentos principales.
Solista excepcional, debido en parte a su sonido y a la facilidad de ejecutar tesituras y partituras complejas.
La afinación más común es en si bemol.
Clarinete de Basset
Muy similar al soprano pero más largo y con llaves adicionales que lo dotan de una mayor tesitura y le permiten tocar notas más graves.
Está inspirado en el Cuerno de Basset.
No es un instrumento habitual y no ha conseguido hacerse un hueco en la orquesta clásica a pesar de que Mozart escribió algunos pasajes explícitos para este instrumento.
Clarinete contralto y contrabajo
Ambos con campana y tudel metálicos añadidos al cuerpo de madera.
Aunque de forma menos usual, también se fabrican en su totalidad de metal.
No son clarinetes habituales, apenas hay repertorio específico para estos dos tipos de clarinete.
Tienen una afinación bastante grave.
Su papel en las agrupaciones musicales es llevar contrapuntos y contratiempos, al igual que las tubas, barítonos o contrabajos. En general toda la parte grave de acompañamiento.
Esta es una de las razones por la que se cree que el clarinete contralto y contrabajo desaparecerán con el tiempo, pues su papel es fácil de sustituir por otros instrumentos graves de las agrupaciones musicales.
Partes del clarinete
Boquilla
La boquilla es la pieza por la que el músico sopla e introduce aire en el instrumento.
La boquilla del clarinete tiene forma de bisel y lleva una caña de madera (lengüeta simple) sujeta con abrazaderas.
La caña vibra y convierte el aire en sonido.
La boquilla, cuando no está en uso, es conveniente protegerla con una tapa para que no se estropee.
Cualquier toque o rozadura pueden romper la frágil caña de madera.
Barrilete
El barrilete es una pieza de transición.
Sirve para unir la boquilla al cuerpo. Esta pieza no está perforada y por tanto no tiene llaves.
La unión entre las diferentes partes del clarinete se hace a presión, sin rosca de ningún tipo.
El barrilete también ayuda en la afinación del instrumento.
Gracias a esta pieza se puede ampliar el cuerpo unos milímetros para mejorar y corregir defectos de afinación.
Cuerpo
El cuerpo del instrumento está perforado y sostiene el complejo mecanismo de llaves.
En algunos casos, los clarinetes tienen el cuerpo de una sola pieza.
Lo más habitual es que el cuerpo del instrumento esté dividido en dos partes:
- Cuerpo superior: Es la parte que corresponde a la mano izquierda del músico.
- Cuerpo inferior: Es la parte que corresponde a la mano derecha del músico.
Ambos cuerpos se ensamblan a presión, llevan unos aros cubiertos de corcho para evitar cualquier posible fuga de aire.
Campana
La campana, en los instrumentos de viento, tiene la función de amplificar el sonido.
El clarinete no es una excepción y la campana, situada en la parte inferior del instrumento, cumple su objetivo de amplificar y proyectar el sonido.
Sonido del clarinete
Historia del clarinete
Los historiadores sitúan en la antigua Mesopotamia el origen del instrumento.
Mosaicos y grabados del tercer milenio a. C representan a músicos tocando un instrumento con embocadura de bisel que podría ser el predecesor del actual.
En realidad, el clarinete como se conoce hoy en día es un instrumento relativamente moderno.
Existe un predecesor directo, el Chalumeau, un instrumento de lengüeta simple cuyo origen se remonta a la Francia medieval.
El primer clarinete
En el año 1690, Johann Denner inicia una serie de ajustes y modificaciones sobre el Chalumeau.
Denner hace cambios en el cuerpo del instrumento, dotándolo de una forma más cónica y mejorando la sonoridad.
Amplía el número de agujeros para una mayor tesitura y dota al instrumento con la primera llave de registro.
Cambia el sistema de embocadura con el diseño de una nueva boquilla.
El instrumento resultante tras estos cambios recibe el nombre de Clarino. Con el tiempo hay una evolución en el nombre, y en el s. XVIII aparece por primera vez el actual nombre de clarinete.
El clarinete en el siglo XVIII
Tras las mejoras realizadas por Denner, toma protagonismo en la orquesta clásica del s. XVIII.
La calidad sonora, la mejora en la ejecución y la tesitura del instrumento logra que muchos compositores de la época como Vivaldi o Joseph Faber se fijen en él.
Durante este periodo se escriben partituras específicas para el clarinete pero su antecesor, el Chalumeau, no queda relegado del todo.
Todavía conviven en la orquesta con papeles diferentes para cada uno.
La incorporación de las llaves
Durante los siglos XVIII y XIX diferentes fabricantes de instrumentos y músicos profesionales continúan haciendo mejoras de sonido y digitación.
Se amplía el número de llaves, el cuerpo tiene mayor longitud y se facilita la posición entre llaves y agujeros para mejorar la destreza en la ejecución.
En el año 1843, Klose y Buffet lo modifican ampliando el número de llaves a 17 y adaptan el sistema de anillos móviles de la flauta travesera.
Este sistema de llaves y anillos se extiende por todo el mundo como Sistema Boehm o Sistema francés.
En Alemania, de forma paralela, Oscar Oehler diseña un sistema con ligeras diferencias sonoras y de digitación que será conocido como Sistema Oehler o Sistema alemán.
No tuvo la trascendencia mundial que logró el sistema francés pero se utiliza de forma habitual en Alemania y Austria.
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